ACTO DE CONTRICIÓN Y APOYO A VINÍCIUS
Como casi siempre, tengo varios textos sin publicar y dada la rabiosa actualidad del tema, he extraído unas frases de uno de ellos.
Pero antes de entrar en materia, he de puntualizar que soy negro, soy africano y fui español antes siquiera de pisar España. Mi país perteneció a España, nací en territorio español y fui educado bajo las costumbres e ideologías españolas, incluida la Religión Católica. Como católicos, los niños recibíamos la primera comunión y al menos entonces, era imprescindible saberse de memoria los catecismos de primer grado y de segundo grado. Entre otras muchas oraciones que aprendíamos, existía una muy particular que me llamaba bastante la atención y se denominaba: “Acto de Contrición”[1]. La recitábamos de memoria como todas las otras, hasta que un buen día le pedí a un sacerdote que me explicase el significado del nombre de la oración. Su respuesta fue: que antes de arrepentirse hay que reconocer que se había pecado.
Todos los párrafos anteriores sirven para contribuir a la respuesta que estos días circula por todos los medios de comunicación y las redes sociales:
¿Es España racista?
La respuesta mayoritaria es, No, no somos racistas. Y así seguirá por tiempo indefinido, hasta que se haga ese acto de contrición al que me he referido antes.
Creo que casi medio siglo aquí en España, me avalan para por lo menos opinar, sobre todo cuando constatas que después de tanto tiempo casi nada ha cambiado. No es racismo que a una joven madre negra le pregunten si ha raptado a su propio hijo, por ser este “muy blanco”. No es racismo que estés comiendo con tus familiares o amigos blancos y que te digan “yo contra los negritos no tengo nada, pero a los gitanos y los moros, ni agua”. No es racismo que te denieguen el permiso de apertura de un negocio en concreto en una determinada zona cuando se ha concedido antes y después a otros similares.
Podría seguir relatando infinidad de casos que se producen diariamente, aunque por la tendencia actual se volverían en mi contra, igual que está sucediendo con Vinícius, porque ahora resulta que el culpable es él por rebelarse y para apoyar tan infame teoría citan a otros muchos negros que como yo nos callamos. El pensamiento es idéntico al que existía en las plantaciones de algodón en la época de esclavitud, razonan que si hay miles de negros que no “tienen problemas”, el único que se queja, en este caso Vinícius, es quien tiene el problema.
No señores, el problema no es Vinícius sino el racismo y hasta que no se haga acto de contrición y se reconozca el gran componente racista de una gran parte de la sociedad no se podrá poner freno a esta barbarie.
[1] En el Catolicismo, Oración por excelencia de arrepentimiento
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