Intentando ser coherente con una frase de uno de mis muchos manuscritos: "los escritores, al estar bendecidos por la facilidad de expresión, estamos llamados a ser los altavoces de nuestras respectivas sociedades"; lo único que he tratado, unas veces explícitamente y otras solo implícitamente, ha sido atraer la atención de los lectores sobre distintos hechos o situaciones que desconocían, o bien si las conocían no las relacionaban con África. En sucesivas entradas de este blog, iré abordando muchas de esas percepciones pero, en ésta, me centraré exclusivamente en los zombis.
La primera de las incongruencias la encontramos en que mientras la definición que nos aporta la Real Academia de la Lengua Española: "Voz de origen africano occidental, introducida en español a través del inglés, que significa ‘cadáver reanimado mediante prácticas de brujería", no encontramos ninguna otra alusión a nuestro amado continente. Así, en el libro, introduzco el fenómeno tanto en los encuentros con "la bruja del desierto" como en las distintas alusiones al Koom, que es como se denomina en la etnia fang. El carácter de "secreto", en cuanto a su acepción de ocultar información, radica en que tanto en las investigaciones del personaje del libro como en los numerosos existentes en la realidad, deliberadamente, se omite cualquier alusión a África; tomando casi todos como punto de referencia para cualquier consulta al Caribe,
y sobre todo a Haití, obviando que los pobladores del citado país procedían en su mayoría de África.
El libro, aunque une ficción y realidad, en ningún caso se posiciona sobre la existencia o no del fenómeno zombi, sino que, aunque de manera implícita, expone su existencia en el continente africano, al tiempo que clama la total ausencia de referencias sobre este hecho en particular.
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